La encuesta “Confianza en la Inteligencia Artificial”, realizada por KPMG, muestra que el 84% de los brasileños cree que la inteligencia artificial es confiable. El estudio también revela que el 56% de los encuestados brasileños está dispuesto a confiar en esta tecnología, el tercer nivel más alto de confianza en comparación con el promedio mundial. A pesar de esto, el 19% de ellos dice que se resiste a usar la herramienta.
La encuesta muestra que el 77% de los encuestados en el país dicen haber oído hablar de la IA, sin embargo, Brasil ocupa la posición 12 en el ranking. La encuesta también indica que el 93% de los brasileños tienen expectativas buenas o moderadas sobre los beneficios que el recurso puede proporcionar.
A pesar de ello, el 49% manifiesta miedo y el 47% preocupación por el avance de la inteligencia artificial. Ya el 82% de los brasileños están preocupados por los riesgos del uso de la tecnología. Según el estudio, son conscientes de los problemas de ciberseguridad (66 %), la manipulación o el uso nocivo (63 %) y la pérdida de empleo debido a la automatización (57 %). En cuanto a la percepción de riesgo relacionada con el uso de la IA, Brasil ocupa el tercer lugar en el ranking mundial, superado por Sudáfrica y Corea del Sur.
Para llegar a estos resultados, la encuesta entrevistó a 17.000 personas de 17 países, Australia, Brasil, Canadá, China, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, India, Israel, Japón, Holanda, Singapur, Sudáfrica, Corea del Sur, Reino Unido. Unidos y Estados Unidos, con mil en Brasil. En la muestra brasileña, la mayoría de los encuestados eran mujeres (52%) con una edad media de 40 años, la mayoría del Sudeste (45%).
Aunque los brasileños tienen una gran confianza en la inteligencia artificial, han crecido las discusiones en todo el mundo sobre el avance de estas herramientas. A finales de marzo, un grupo integrado por más de mil personas, entre millonarios, ejecutivos y académicos, pidió una pausa de seis meses en el desarrollo de tecnologías de IA, alegando que su avance desenfrenado supondría grandes riesgos para la humanidad. Fuente: Meio & Mensagem